Esta historia comenzaba en el año 2015 cuando en un encuentro de guionista en la ciudad de Barcelona daban a conocer el proyecto "Hierro". Al oír el título me quedé con la mosca detrás de la oreja. ¿Se iba a rodar también en la isla de El Hierro? o ¿Tan solo era un título elegido al azar? En la fiesta de clausura me acerqué al productor y le pregunté, también hice una broma: <<¡Qué casualidad, yo vivo en la isla de El Hierro, y vuestro proyecto se llama Hierro!>> Cual fue mi sorpresa al descubrir que el proyecto se llamaba así por al isla, y que la intención era rodarlo allí. ¡WooW! Pensé, menuda coincidencia. Los años pasaban y la serie no se rodaba. Así que acabé olvidando el proyecto y seguí con mi vida. A finales del 2016 marché de la isla con intención de no regresar, comenzar una nueva vida en otro lugar... A finales del 2017 estaba de vuelta en El Hierro por circunstancias de la vida, fuerzas mayores como son los hijos. Así que empecé de nuevo otra v
Isla Tortuga, ese nombre aparecía una y otra vez a lo largo de la velada, la que se alargó hasta bien entrada la noche. Alan y yo nos cruzábamos una y otra vez haciendo incisos y bebiendo absenta, hasta una de las veces donde me agarró del brazo y me llevó a una de las habitaciones del piso superior. Sin mediar palabra, abrió un botecito y me hizo inhalar. Parecía que la cabeza me iba a estallar, y un segundo después estaba flotando. Tuve la sensación de estar suspendida en una nube de algodón, a cada paso que daba me hundía más… y más. Agarré a Alan con fuerza y lo besé como si la vida me fuera en ello. No podía parar, estaba en un éxtasis total, todo mi cuerpo vibraba. Cada beso era una caricia, y cada caricia iba acompañada de un gemido. La ropa caía al suelo una tras otra y, una vez despojados de todo impedimento, nuestros cuerpos se fundieron en uno. No le veía el fin a tanto placer, cada vez que lo sentía en mi interior me hacía volar y perdía el sentido. Nadie
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